Futuro del eCommerce parte 1: Auge y maduración del emprendimiento

En los últimos años surgieron -y continúan surgiendo- cada vez más emprendimientos de todo tipo. El animarse a emprender un proyecto propio es una tendencia que llegó para quedarse y que cala hondo en el mercado y en la sociedad. 

Este cambio de paradigma responde a la búsqueda, tanto de emprendedores como de clientes, de vender y comprar con un propósito determinado. Desde el punto de vista de quienes emprenden, se prioriza la necesidad de llevar a cabo un proyecto propio: depositar entusiasmo, trabajo y energía allí donde uno desea y no responder más a un jefe (pasar a ser uno mismo el propio jefe), disponer mejor de los tiempos, los espacios, ser reconocido por el trabajo, querer ser parte de aquello que se hace. Esto da como resultado una gran cantidad de emprendimientos con una identidad definida, lo que le permite a su vez a los clientes saber y elegir qué y a quiénes comprar.

Pero para que estos emprendimientos puedan surgir, fue necesaria la expansión de otro fenómeno: el e-commerce. Como sabemos, el hábito de las compras online ya era una tendencia que la pandemia sólo profundizó: son cada vez más los usuarios que deciden comprar desde casa, de manera más fácil, rápida y eficiente y con la más amplia oferta de mercado que ofrece Internet.

Ahora bien, todos sabemos que uno de los objetivos principales de todo emprendimiento es vender. E inevitablemente aparece la pregunta: 

¿Cómo hacer para competir con las grandes empresas? 

Es cierto que las empresas tradicionales destinan un gran presupuesto a publicitar de forma masiva sus productos. Pero en los últimos tiempos –y con las nuevas tecnologías– se puede hablar de un proceso de democratización de la publicidad: gracias a Facebook y a Google hoy todos tenemos la oportunidad de publicitar nuestro producto, sin importar cuán pequeño o nuevo sea nuestro emprendimiento. 

Con muy poco dinero, podemos llegar a cada rincón de la web y, más importante aún, enfocarnos en aquellos usuarios que nos interesan. Es cuestión de tener buenas estrategias de marketing de contenidos para optimizar los recursos y llegar al sector de la población que tiene verdadero interés en el producto.

Mediante algoritmos, Facebook y Google permiten que el emprendedor se centre en un segmento de público determinado y le ofrece, además, hacer un seguimiento de quiénes demostraron interés en la publicidad. Lo que vienen a proponer estas estrategias de marketing es una publicidad más eficiente y democrática.

En definitiva, la gran revolución de este último tiempo es que todos tenemos la posibilidad de ofrecer un producto que tenga valor y hacerlo conocido para la audiencia. ¿El resultado? Un mercado mucho más rico y plural, lleno de productos únicos que satisfagan las demandas del público.

Contenido: Julián Larrea

Redacción: Florencia Guzzetti y Sofía Laporte